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lunes, 14 de junio de 2010

Hay algo que puede aprenderse de una tormenta. Al encontrate con un chaparrón repentino intentas no mojarte y te pones a correr; aunque corras por debajo de las cornisas de las casas sigues mojándote. Si lo tienes claro desde el principio, no habrá sorpresas...aunque te mojarás igual.

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